Como Arcilla Modelada

Mis manos se deslizan
recorriendo tu cuerpo en cada pliegue.
Amaso el barro virgen de tu recuerdo
impregnando de ternura cada poro,
esculpiendo mil caricias
sobre tu piel dormida
en la ignorancia de mi ausencia.

Te recreo en cada nueva obra
cuando mis dedos resbaladizos
se escurren hasta estrellarse
contra el cálido contacto
de tu esencia pura,
inmortal y efímera,
como aquel tiempo feliz
que un día fue nuestro.

Levanto la estructura de tu alma
bajo la noble mirada transparente
que aún conserva intacta mi retina.
Y la elevo al infinito
hasta instalarla
en la cuna de los dioses,
para hacerla eterna en su morada...
Y murmuro una plegaria
por lo que aún sin ser,
siempre será.

Porque por más murallas
que levantes a mi paso,
seré siempre escultura
de todos tus silencios...
dueña absoluta de tu ausencia.

Y como arcilla modelada,
esperaré paciente tu regreso
por los siglos de los siglos,
mientras te sigo profanando
en cada pliegue inmortal
del barro libre.