Te quedará mi legado
entre esos viejos folios
preñados de poemas...
Y en la música callada de los versos,
hallarás mil motivos para cantarle al mundo,
hallarás mil caminos
para seguir andando.
Desmembrarás el tiempo a dentelladas
con la gloria inmadura
de tus imberbes años,
con el triunfo gozoso
del que ha tocado el cielo
desde ese asfalto gris
que te sostiene.
Transitarás deprisa tras las huellas
que te marquen el próximo sendero
y volarás cual ángel
hasta abrazar el sueño postergado.
Seducirás al sol y a las estrellas
desde ese alma noble que te acoge
y dormirás mil noches al sereno
bajo el manto radiante de la luna.
Te vestirá de mayo el frío invierno,
acunarán tu sueños los planetas
y entre Marte y Orión
se hará una estela
para alumbrar tus pasos.
Sí, caminarás gozoso, yo lo he visto,
lo escribieron tus duendes protectores
en el libro que anuncia tu destino,
y hay alfombras de rosas que te aguardan
entre la falsa estepa.
Hay espinas también, tú ya lo sabes,
más no temas pincharte
ni evites su contacto,
porque no te harás fuerte
si no es a golpes
ni podrás volar libre
si te enclaustras.
La vida fluye siempre, fluye con ella,
déjate conquistar sin que te atrapen
y balsea al compás que marca el viento
de norte a sur,
de este a oeste,
de cuando en cuando.
Mas no olvides jamás que el mundo es tuyo,
nunca dejes de andar sobre tus pasos
ni permitas que veten tu camino
otras voces que clamen más potentes...
¡La verdad te hará libre,
ocurre siempre…!
Defiende tu razón con argumentos
y no aceptes la ley del más tirano
porque grite mejor, o más se imponga.
No levantes la voz si no hace falta,
no consientas que nadie te avasalle
ni te envuelva entre cantos de sirena,
en dudosas milongas deslumbrantes.
Pero si es necesario...
¡ensancha el pecho
y haz al necio callar con tu palabra!
Ama tanto que no puedas medirlo
y no mires a quien elige el alma
porque todo lo que impregna el amor
es santo y bueno.
No te abatas cansado en el camino
ni pronuncies jamás, yo ya no puedo
sin haberlo intentado previamente.
Anticipa tu lucha a la derrota
y no aceptes un no como respuesta,
porque no eres más débil ni más necio.
Atesora el recuerdo positivo,
analiza la ruta en el pasado
y detente un instante,
sólo un momento,
donde otros más “fuertes” se cayeron
mientras tú proseguías victorioso
hasta alcanzar la meta.
Avanza de frente y adelante
porque no hay vuelta atrás
sobre tus pasos.
Y si después de afanarte
fuerte y firme, no has podido,
si es que el logro se quedó
sólo en intento...
enfrenta la derrota con orgullo,
maquilla el desencanto mientras piensas
que ya habrá otros caminos
y otros logros,
y encontrarás salida en otra ruta
porque al final, la vida
no es más que un laberinto sin señales.
Te perderás mil veces, ya te advierto,
y puede que te toque andar más trecho
del que tus pies aguanten, o eso creas...
Pero no te detengas ni te agobies,
no escatimes en huellas ni pisadas
porque cada señal de la sandalia
te curtirá en nobleza y experiencia.
Persigue cada sueño que te habite,
camina hasta alcanzarlo si se deja,
y míralo de frente, entre tus manos,
e imprégnate a sorbitos de grandeza,
pues puede que no sea eterno y duradero.
Transita por la parte
más llana del camino,
porque ya será angosto
sin que lo busques.
Y equivócate de vez en cuando...
Disfruta de tus errores
sin reprocharte nada
y aprende de ellos,
porque son una escuela inigualable.
Camina recto y erguido mientras puedas
y concédele espacio a tus locuras
porque la vida no es siempre
un trayecto pulcro y limpio.
Cultiva la amistad y las buenas formas
y defiende el honor y la justicia
escuchando la voz de tu conciencia,
y a ese hombre sereno que te habita,
porque sólo la tuya te hará libre.
Huye de mensajeros y paganos
que predican en vano religiones
y esclavizan sin pausa, voluntades.
Sé tu único dios, sin dogmas ni ataduras,
y no albergues más profeta
que tu propio “yo interno”
porque todas las estatuas
son de barro y se rompen.
Si te atrapa la fe, que sea en ti mismo
y en tu propio poder de resistencia
porque no te imaginas lo que el hombre aguanta
allá donde cree no poder más.
Sobre todas las cosas...¡Vive!
Disfruta de la vida aquí y ahora
sobre el momento justo que te asiste
pues “mañana” es sólo un vocablo
sin fecha, firma y garantía.
Hallarás, entre tanto,
mi fuerza en cada esquina,
en cada tramo quebrado del trayecto.
Estaré entre tus dichas y desdichas
con mi mano tendida hasta alcanzarte...
Y aunque vueles muy alto,
te observaré desde abajo,
como niño que airea una cometa
y vigila la cuerda por si acaso.
Y cuando ya haya escrito la última hoja
de este viejo almanaque tan transido
y se pare en mi reloj el minutero...
Desempolva los libros que guardaste
en el fondo del ultimo cajón de tu escritorio
cuando yo aún era la Venus del espejo
y tú, un hambriento de mundo
demasiado ocupado para leer poesía.
Y recuerda...
Te quedará mi legado
entre esos viejos folios
preñados de poemas...
Y en la música callada de los versos,
hallarás mil motivos para cantarle al mundo
hallarás mil caminos para seguir andando.
Y entre estrofa y estrofa, semiocultos,
mil borrones de tinta gritarán un Te quiero...
Y hallarás mil motivos para seguirme amando.
entre esos viejos folios
preñados de poemas...
Y en la música callada de los versos,
hallarás mil motivos para cantarle al mundo,
hallarás mil caminos
para seguir andando.
Desmembrarás el tiempo a dentelladas
con la gloria inmadura
de tus imberbes años,
con el triunfo gozoso
del que ha tocado el cielo
desde ese asfalto gris
que te sostiene.
Transitarás deprisa tras las huellas
que te marquen el próximo sendero
y volarás cual ángel
hasta abrazar el sueño postergado.
Seducirás al sol y a las estrellas
desde ese alma noble que te acoge
y dormirás mil noches al sereno
bajo el manto radiante de la luna.
Te vestirá de mayo el frío invierno,
acunarán tu sueños los planetas
y entre Marte y Orión
se hará una estela
para alumbrar tus pasos.
Sí, caminarás gozoso, yo lo he visto,
lo escribieron tus duendes protectores
en el libro que anuncia tu destino,
y hay alfombras de rosas que te aguardan
entre la falsa estepa.
Hay espinas también, tú ya lo sabes,
más no temas pincharte
ni evites su contacto,
porque no te harás fuerte
si no es a golpes
ni podrás volar libre
si te enclaustras.
La vida fluye siempre, fluye con ella,
déjate conquistar sin que te atrapen
y balsea al compás que marca el viento
de norte a sur,
de este a oeste,
de cuando en cuando.
Mas no olvides jamás que el mundo es tuyo,
nunca dejes de andar sobre tus pasos
ni permitas que veten tu camino
otras voces que clamen más potentes...
¡La verdad te hará libre,
ocurre siempre…!
Defiende tu razón con argumentos
y no aceptes la ley del más tirano
porque grite mejor, o más se imponga.
No levantes la voz si no hace falta,
no consientas que nadie te avasalle
ni te envuelva entre cantos de sirena,
en dudosas milongas deslumbrantes.
Pero si es necesario...
¡ensancha el pecho
y haz al necio callar con tu palabra!
Ama tanto que no puedas medirlo
y no mires a quien elige el alma
porque todo lo que impregna el amor
es santo y bueno.
No te abatas cansado en el camino
ni pronuncies jamás, yo ya no puedo
sin haberlo intentado previamente.
Anticipa tu lucha a la derrota
y no aceptes un no como respuesta,
porque no eres más débil ni más necio.
Atesora el recuerdo positivo,
analiza la ruta en el pasado
y detente un instante,
sólo un momento,
donde otros más “fuertes” se cayeron
mientras tú proseguías victorioso
hasta alcanzar la meta.
Avanza de frente y adelante
porque no hay vuelta atrás
sobre tus pasos.
Y si después de afanarte
fuerte y firme, no has podido,
si es que el logro se quedó
sólo en intento...
enfrenta la derrota con orgullo,
maquilla el desencanto mientras piensas
que ya habrá otros caminos
y otros logros,
y encontrarás salida en otra ruta
porque al final, la vida
no es más que un laberinto sin señales.
Te perderás mil veces, ya te advierto,
y puede que te toque andar más trecho
del que tus pies aguanten, o eso creas...
Pero no te detengas ni te agobies,
no escatimes en huellas ni pisadas
porque cada señal de la sandalia
te curtirá en nobleza y experiencia.
Persigue cada sueño que te habite,
camina hasta alcanzarlo si se deja,
y míralo de frente, entre tus manos,
e imprégnate a sorbitos de grandeza,
pues puede que no sea eterno y duradero.
Transita por la parte
más llana del camino,
porque ya será angosto
sin que lo busques.
Y equivócate de vez en cuando...
Disfruta de tus errores
sin reprocharte nada
y aprende de ellos,
porque son una escuela inigualable.
Camina recto y erguido mientras puedas
y concédele espacio a tus locuras
porque la vida no es siempre
un trayecto pulcro y limpio.
Cultiva la amistad y las buenas formas
y defiende el honor y la justicia
escuchando la voz de tu conciencia,
y a ese hombre sereno que te habita,
porque sólo la tuya te hará libre.
Huye de mensajeros y paganos
que predican en vano religiones
y esclavizan sin pausa, voluntades.
Sé tu único dios, sin dogmas ni ataduras,
y no albergues más profeta
que tu propio “yo interno”
porque todas las estatuas
son de barro y se rompen.
Si te atrapa la fe, que sea en ti mismo
y en tu propio poder de resistencia
porque no te imaginas lo que el hombre aguanta
allá donde cree no poder más.
Sobre todas las cosas...¡Vive!
Disfruta de la vida aquí y ahora
sobre el momento justo que te asiste
pues “mañana” es sólo un vocablo
sin fecha, firma y garantía.
Hallarás, entre tanto,
mi fuerza en cada esquina,
en cada tramo quebrado del trayecto.
Estaré entre tus dichas y desdichas
con mi mano tendida hasta alcanzarte...
Y aunque vueles muy alto,
te observaré desde abajo,
como niño que airea una cometa
y vigila la cuerda por si acaso.
Y cuando ya haya escrito la última hoja
de este viejo almanaque tan transido
y se pare en mi reloj el minutero...
Desempolva los libros que guardaste
en el fondo del ultimo cajón de tu escritorio
cuando yo aún era la Venus del espejo
y tú, un hambriento de mundo
demasiado ocupado para leer poesía.
Y recuerda...
Te quedará mi legado
entre esos viejos folios
preñados de poemas...
Y en la música callada de los versos,
hallarás mil motivos para cantarle al mundo
hallarás mil caminos para seguir andando.
Y entre estrofa y estrofa, semiocultos,
mil borrones de tinta gritarán un Te quiero...
Y hallarás mil motivos para seguirme amando.
alma esto se lo voy hacer leer a mi hija meeeeeencanto tanto que lo tomo asta yo como educción a mis dias gracias por compartir estos sabios consejos que solo los puede dar una madraza como tu buenas noches alma
ResponderEliminarRealmente, hadama, este es uno de los poemas de los que me siento más orgullosa. Creo que es una de las cosas más bonitas que he escrito, tal vez porque lleva implícito ese sentimiento que sólo transmiten los hijos.
ResponderEliminarGracias por pasar y acompañarme, y por esas bonitas palabras que hoy me dejas escritas.
Un abrazo en la distancia.