A mi hijo Zeus, en su sexto cumpleaños.
Hoy ya tienes seis añitos
¡qué deprisa pasa el tiempo!...
Recuerdo aún ese día
en que eras tan pequeño
que temía lastimarte
entre mis frágiles dedos.
Tu cara tan chiquituca,
tu cabeza tan pequeña,
tus brazos tan delgaditos
y tus larguiruchas piernas
¡parece que te estoy viendo
con tu mirada tan tierna!
Y hoy tienes ya seis añitos
¡qué deprisa pasa el tiempo!
Ya brincas, juegas y saltas,
y también tienes un huerto
que te gusta cultivar
cuando sales del colegio.
Has aprendido poemas
que recitas de memoria,
y hasta tienes una chica
que te gusta para novia
y me preguntas.. ¿mamá,
te gusta Mª Victoria?
Y es que ya tienes seis años
y el tiempo jamás espera...
Pintas, dibujas y escribes,
sabes leer y hacer cuentas
y ya has conseguido darte
bien la vuelta candereta.
Has aprendido a rezar,
me confías tus secretos
y hasta discutes conmigo
si crees que razón no llevo
cuando te mando hacer algo
y tú no quieres hacerlo.
Y es que ya tienes seis años
y el tiempo no tiene tregua,
y transcurre muy deprisa,
más de lo que yo quisiera.
Y es que se pasan los años
sin que apenas me de cuenta
¡Qué alegría ver que creces!...
¡Qué alegría y qué tristeza!
1993
Hoy ya tienes seis añitos
¡qué deprisa pasa el tiempo!...
Recuerdo aún ese día
en que eras tan pequeño
que temía lastimarte
entre mis frágiles dedos.
Tu cara tan chiquituca,
tu cabeza tan pequeña,
tus brazos tan delgaditos
y tus larguiruchas piernas
¡parece que te estoy viendo
con tu mirada tan tierna!
Y hoy tienes ya seis añitos
¡qué deprisa pasa el tiempo!
Ya brincas, juegas y saltas,
y también tienes un huerto
que te gusta cultivar
cuando sales del colegio.
Has aprendido poemas
que recitas de memoria,
y hasta tienes una chica
que te gusta para novia
y me preguntas.. ¿mamá,
te gusta Mª Victoria?
Y es que ya tienes seis años
y el tiempo jamás espera...
Pintas, dibujas y escribes,
sabes leer y hacer cuentas
y ya has conseguido darte
bien la vuelta candereta.
Has aprendido a rezar,
me confías tus secretos
y hasta discutes conmigo
si crees que razón no llevo
cuando te mando hacer algo
y tú no quieres hacerlo.
Y es que ya tienes seis años
y el tiempo no tiene tregua,
y transcurre muy deprisa,
más de lo que yo quisiera.
Y es que se pasan los años
sin que apenas me de cuenta
¡Qué alegría ver que creces!...
¡Qué alegría y qué tristeza!
1993
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