Llueve...
Llueve sobre el paisaje desolado de mi alma,
sobre la tierra esponjosa
de mi esperanza perdida.
Llueve sobre el mordisco infinito
y sangrante de tu ausencia,
sobre el silencio punzante de tu olvido
inalterable al tiempo y las vivencias.
Llueve, sigue lloviendo,
y ya sólo me queda la esperanza
de que escampe
antes de que el fango me absorba
bajo el manto mortal de las tinieblas.
Llueve sobre el paisaje desolado de mi alma,
sobre la tierra esponjosa
de mi esperanza perdida.
Llueve sobre el mordisco infinito
y sangrante de tu ausencia,
sobre el silencio punzante de tu olvido
inalterable al tiempo y las vivencias.
Llueve, sigue lloviendo,
y ya sólo me queda la esperanza
de que escampe
antes de que el fango me absorba
bajo el manto mortal de las tinieblas.
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