Matizan los ocres el paisaje
con semblante de añoranza y purpurina…
Alineadas, casi en fila,
dormitan las hojas su tristeza
expirando silentes su agonía,
hasta que al despertar, la primavera
las devuelva a la vida que renace.
Todo es cíclico…
Todo muere, renace y sobrevive
hasta que la eclosión final,
el fin del ciclo,
difumine en la nada su existencia…
¡Bienvenido, otoño!
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