A mi hijo Zeus, en su séptimo cumpleaños.
Tu séptimo cumpleaños
me pilla desprevenida...
Y es que es tan rápido el tiempo
y corren tanto los días
que no me amoldo a la idea
de que crezcas tan deprisa.
Eres mi mejor tesoro,
la joya más codiciada...
¡Tú me das luz en la noche
y calor en la mañana!
¡Eres ese gran amor
que inunda toda mi alma!
Día a día vas creciendo,
sin que apenas me de cuenta,
te me vas haciendo un hombre
de los pies a la cabeza.
¡Qué deprisa pasa el tiempo!
¡Qué deprisa... Dios, qué pena!
1994
Tu séptimo cumpleaños
me pilla desprevenida...
Y es que es tan rápido el tiempo
y corren tanto los días
que no me amoldo a la idea
de que crezcas tan deprisa.
Eres mi mejor tesoro,
la joya más codiciada...
¡Tú me das luz en la noche
y calor en la mañana!
¡Eres ese gran amor
que inunda toda mi alma!
Día a día vas creciendo,
sin que apenas me de cuenta,
te me vas haciendo un hombre
de los pies a la cabeza.
¡Qué deprisa pasa el tiempo!
¡Qué deprisa... Dios, qué pena!
1994
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