
como herida de vísceras sangrantes...
Mi alma te evoca como discurso estéril
detrás del hueco hostil de las palabras,
donde habita la escarcha pregonando imposibles
y el amor prohibido se funde en el silencio
elevando al cielo su plegaria evaporada,
disipándose entre el manto de las nubes
como recuerdo maldito
que nunca existió.

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