
al recuerdo de sus cálidas palabras,
y resuenan en mi mente con tristeza
los acordes de unas notas de guitarra.
Mis espacios están llenos de su risa.
de su aroma, de su voz y su mirada,
en la percha está colgada su camisa
y su hueco sigue aún en la almohada.
El olvido sólo es tiempo que se ha ido,
la distancia es sólo espacio que separa
y el recuerdo un aliado al que aferrarse
cuando apenas ya no queda casi nada.

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