Deja resbalar tus dedos
sobre la hipotenusa de mi cuerpo.
Dame la mano desde la profunda tristeza
del dolor diseminado.
Mírame desde el fondo de la tierra
y déjame llorar minutos, horas,
días años...
Mátame en la memoria del olvido
y sepulta mi amor en el umbral
del recuerdo...
Yo renaceré contigo al alba
y sembraré tus besos
con mis versos.
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