...

viernes, 4 de febrero de 2011

Cuando llegue mi Hora

Dejémonos de apariencias
y de antiguos rituales,
de escuchar a la conciencia,
de hacer lo que todos hacen.

Todo es simple rutina,
una antigua tradición,
hacer lo que se hace siempre
cuando llega la ocasión.

El momento tiene hora
y la hora llega a todos,
que la muerte, fiel señora,
no respeta edad ni clases,
se ha propuesto arrasar todo
y dejar limpias las calles.

Cuando llegue mi momento,
no quiero una caja fúnebre,
no quiero claveles rojos
ni ningún cirio que alumbre.

Quitad ese crucifijo
de la cabecera mía,
él no podrá hacer ya nada
ni devolverme la vida.

No quiero coche de muertos
ni gente que me acompañe,
dejadme descansar sóla,
ya no necesito a nadie.

Devolved esas coronas
que han traído mis amigos…
¿de qué me sirven sus flores
si ya no estarán conmigo…?

Que no llore mi familia
amigos ni compañeros.
Yo no quiero que en mi entierro
se establezca ningún duelo.

No quiero ser encerrada
en un cajón de madera,
no quiero ser enterrada
en tierra, barro y arena.

No quiero vivir tan hondo,
soportar hielos y fríos,
ni tormentas incesantes,
no gotitas de rocío.

No quiero servir de presa
a ningún animalejo
ni ser manjar favorito
de gusanos y bichejos.

Que nadie vista de negro,
lucid las mejores galas,
lo que se va ya no vuelve
y un color no cambia nada.

No quiero que haya inscripciones
ni esquelas mortuorias…
No quiero cortejo fúnebre
y no quiero ser historia
que se grabe en una piedra
para refrescar memorias.

Quiero que cuando me vaya
mi nombre desaparezca,
que sólo quede el recuerdo
que formaron cinco letras
de una mujer que se ha ido
y un corazón que se queda.

No quiero que sollocéis,
yo me marcho para siempre,
pero os dejo mi recuerdo
que vivirá eternamente.

Después que me haya marchado
romped con la tradición,
haced lo que os dejo escrito
y hallaré liberación.

Quitadme ropas y harapos,
quemad mi cuerpo desnudo
y entregadle mis cenizas
a alguien que me quiera mucho.

No precisará instrucciones
si me ama de verdad…
Subirá al alto de un monte,
el recuerdo le ahogará
y volverá en un instante
nuestro pasado a evocar.

En una ráfaga de viento
la tapa levantará
y dejará de la caja
las cenizas escapar.

Él seguirá su camino
intentando ser feliz
y buscando en otras almas
algo que no encontró en mí.

Yo volaré hacia otras tierras
intentando allí encontrar
algo que aquí busqué siempre
y jamás logré encontrar…
¡La Libertad…!

No hay comentarios:

Publicar un comentario